
Siguiendo con las fiestas... un cuentito de Navidad, siempre romántico, como me gusta a mi.
Su titulo es: ENCUENTRO EN NAVIDAD
Helena estaba en el avión, mirando por la ventanilla. Estaban por aterrizar en Paris. A su lado estaba sentado un joven, con el que había conversado durante el largo trayecto, pues. ambos venían de Buenos Aires. El iba a visitar a una tía, que vivía en un chateau, para pasar las fiestas con ella. En cambio, ella iba a visitar a su hermana y a sus sobrinitos. En el aeropuerto, el tenía un coche de alquiler encargado e iba a manejar hasta el chateau. En cambio ella debía tomar un pequeño avión hasta Orly. Al bajar, salieron juntos y les llamó la atención ver poca gente. Por los altoparlantes estaban diciendo que ese era el último avión que aterrizaba, pues estaban suspendidos todos los vuelos a causa del mal tiempo. El la acompañó hasta el mostrador , donde le confirmaron que hasta el día siguiente a la tarde no habría ningún vuelo. Ella estaba desolada…¿ que podía hacer?
El fue a retirar la llave a la ventanilla de alquiler de coches y pidió un mapa. Le preguntó a ella a que ciudad iba y al decirle, la buscó en el mapa. –Aquí está – dijo –está a 80 km del chateau. La puedo llevar, saludo a mi tía y la llevó hasta su destino. Helena le agradeció pues verdaderamente no tenía otra solución.
Cargaron las maletas en el coche. Empezaba a nevar un poco. El frío era intenso. Pierre empezó a manejar saliendo de Paris, para tomar una carretera, pero luego tomo un camino menos importante que lo llevaba a lo de la tía.
Iban charlando y escuchando música. En un momento en la radio informaron que debido a intensas nevadas en el sur, había rutas cerradas por la cantidad de nieve en el camino. Ellos en estos momentos, estaban recibiendo una fuerte nevada. Pierre bajó para controlar la presión de las gomas y sacarles un poco de aire… y al subir comentó que el camino se estaba poniendo pesado, pero por ahora podían seguir.
Después de unos kilómetros la nieve se agolpaba en el parabrisas y el coche se ladeaba peligrosamente. Hasta que en cierto momento, las ruedas se hundieron en la nieve y no hubo forma de sacar el coche. Pierre llamó a la brigada de socorro y le informaron que tenían mucho trabajo, pero le tomaron la localización. No sabían cuanto tiempo iban a tardar para socorrerlos.
El se bajo, abrió su valija y sacó una campera y pullover. Le dijo a Helena que hiciera lo mismo. Se abrigaron bien y el le dijo que no podría poner mucho la calefacción, pues la batería se iba a agotar. Ella entonces dijo que la mejor forma de mantener el calor era que se pusieran cerca uno del otro. Así lo hicieron…Y empezaron a reírse pues sus familias que querían que se casaran ,si los vieran así, se alegrarían. Ambos comentaron que no habían sentido el amor por nadie verdaderamente. Solo tuvieron amores sin importancia y muy pasajeros..
Pasaron las horas, y Helena estaba semidormida, cuando sintió el aliento de él, en los cabellos. Ella se sintió bien y no hizo ningún movimiento.
Hacia la madrugada, vieron unos faros y sintieron voces… empezaron a tirarles agua al parabrisas para derretir la nieve. Luego empezaron a remolcarlos y los llevaron hasta el chateau. Allí los esperaba la tía Amelie con un chocolate caliente y unos croissant. Seguía nevando y era imposible seguir viaje. Invitaron a Helena a dormir allí y al día siguiente, cuando mejorara el tiempo, la llevarían a su destino.
Ella se encontraba muy a gusto. La tía resultó ser una dama muy agradable y a pesar de sus años, era muy moderna! Se veía que al sobrino lo adoraba y este a su vez también la trataba muy cariñosamente.
Al día siguiente… seguía nevando. Entonces la Navidad la iba a pasar en este chateau tan antiguo que hacía soñar con épocas remotas.. Decidió no hacerse problemas y gustosa los acompaño a comer el tradicional pavo.
Su conversación con Pierre tomó aristas muy personales y ambos se sentían a gusto.
Al día siguiente, al fin dejó de nevar, las máquinas limpianieve pasaron, dejando un camino seguro. Pierre decidió llevarla y cuando llegaron a la casa de la hermana, se intercambiaron sus números de teléfonos. La despedida fue muy rápida pues los sobrinos la tironeaban a Helena. Ella se quedó hasta el 3 de enero cuando tuvo que volver pues su trabajo la esperaba en Buenos Aires.
Pasaron unos días. Pensó en Pierre todo el tiempo y decidió llamarlo. Pero el se adelantó. Al hablar, ambos confesaron que sentían lo mismo. SE EXTRAÑABAN .Se dieron cita y ambos sabían que eso significaba, que al fin, les había llegado el amor!
Y todo por ese encuentro en Navidad!