MIS CINCO LIBROS EDITADOS

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miércoles, 5 de agosto de 2009

LEJOS DEL FRIO DEL SUR . por Amaranta


Pongo aqui un cuento de una escritora que reside en Punta Alta de la Provincia de Buenos Aires, y que es una poeta muy querida por mi.


Lejos del frío del sur

El cielo semeja una cúpula en donde Miquel Ángel ha esbozado la magnificencia de un día redentor. La claridad rojiza llega a la costa en donde un manto de espuma y caracolitos tejen una puntilla blanca. Bajo las palmeras nos miramos en silencio. La brisa agradable envuelve, con un manto de tibio aliento, nuestros cuerpos bronceados, apenas cubiertos. Sonreímos y miramos la extensión de la playa. Los niños corren mientras arrojan piedritas a las gaviotas que bajan furtivas a llevarse los pescados esparcidos, como gasa de hilos plateados, por las redes de los pescadores. La gente camina descalza perseguida por sus huellas, sintiendo la tibieza en sus pies cansados. Los pareos con que algunas mujeres cubren sus cuerpos me recuerdan los velos de seda de los atestados mercados marroquíes. Las pocas sombrillas que quedan en pie semejan banderas sin patria defendiendo, contra viento y marea, la isla del bienestar absoluto. Un barco petrolero avanza en la lejanía cerca de una boya anaranjada y el clamor de su sirena deja un despojo de nostalgia, tal vez la de los marineros que desean llegar a puerto, quizás la de tantos muertos que nunca se reconocieron. Junto a la rambla, lanchas y veleros tienden amarras reunidos como sus dueños deben estarlo ahora, en la cantina, refrescando sus gargantas secas. El lugar es como un rompecabezas en donde la única pieza que falta es un Quinquela Martín renacido con su humildad de hombre y su paleta de colores. Las primeras estrellas van apareciendo en el cielo, ahora despejado. La sabiduría del espíritu de la madre tierra lo invade todo como una reacción inevitable y evidente ante la presencia de las cosas naturales y sencillas de la existencia. Nos sentimos felices lejos del frío del sur. Nos quedamos hasta entrada la noche cuando un grupo de músicos, bajo lo sones del reggae cantan moviendo sus cabezas al ritmo de la música, sentados alrededor de una fogata quimérica y antropológica. Ellos se ríen y algunos se animan a bailar. Se los ve felices dentro de sus camisas jamaiquinas, disfrutando el momento como nosotros lo hacemos con el nuestro. Contemplamos el maravilloso espectáculo de la danza de las llamas y el crujir de los leños. Nuestros rostros cobran formas inusuales con la luz que alcanza a llegar desde la hoguera, somos como varios animales en uno, las pupilas ya no son negras sino grandes espejos anaranjados y de vez en cuando la luna en ellas. Una pareja de lobos que espera.
Presenciábamos inconscientemente la reunión de los cuatro elementos. El quinto –era inevitable- brillaba por hecho ante la presencia de los otros, cerrando el círculo perfecto en el que la divinidad era el centro.
Nosotros.
Lejos del frío del sur.
Cerca de todo lo bello.
En medio de un espejismo certero.

Autora: Amaranta

4 comentarios:

Monica dijo...

Me gustó, mucho, gracias Amaranta, gracias Eliane.

Anónimo dijo...

Ay Amiga querida, mi reina!!! gracias por darme un lugar en tu blog jajaja, estoy súper feliz. Me encantan tu fuerza, tu energía, tus ganas de más y más, tu espíritu incansable y positivo... Sos una excelente referente para mí. Gracias querida Mónica, siempre tan amable y cariñosa.

Un beso muy grande mi "escritora del siglo XVIII". Te quiero muchísimo Eliane. Espero verte pronto. Besos y más besos y un abrazo de osa agradecida.

Amaranta Guevara

Eliane dijo...

Mi querida Amaranta: Me alegró poner ese cuento tuyo, siempre tan lindo todo lo que escribis...Gracias por tus palabras me halagan! Sabés que te quiero!
Mónica, gracias por visitar este Blog...
Un abrazo para ambas

Patricia. dijo...

Eliane, muy bonito esto de dar reconocimiento a mas autores cercanos a ti. Aun no lei el cuento, lo dejo pendiente, en cuanto lo lea te dejo mi opinion.
Besazos. :-)