MIS CINCO LIBROS EDITADOS

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jueves, 27 de noviembre de 2014

El limpiador


Hoy les traigo mi último cuento corto, que sale completamente de la linea de mi escritura...el cual escribí especialmente por el deseo del poeta Horacio Gomez que siempre me pide que haya SANGRE en mis cuentos. Lo he leído en el último encuentro literario en Mar de Ajo!
Espero les guste...

                           El limpiador

  A pesar de que no era muy conocido personalmente, en el hampa sabían que si necesitaban hacer desaparecer alguien que molestaba, se lo podía llamar.
  Sus trabajos eran muy limpios…generalmente una bala en la cabeza, inesperadamente, en cualquier lugar. Trabajaba tanto con pistolas con silenciador como con rifles con mira telescópica para disparar desde lejos. Cuando le daban los datos de la víctima, estudiaba su rutina y veía donde era mejor terminar el trabajo. Le daba lo mismo hacerlo en un lugar solitario como entre una muchedumbre. Nunca se equivocaba.

  Eso sí, tenia una clausula especial… no tomaba trabajos donde se implicaban criaturas.
  El pago siempre era en algún banco de las Islas Caimán, Suiza o algún otro lugar, que siempre cambiaba. Completamente imposible seguirle los pasos.
  Ese día había matado de un certero tiro a un testigo de un juicio muy sonado. Trabajo terminado, cobrado, se fue a un bar donde iba últimamente, buscando una bella mujer para solaz de sus necesidades fisiológicas. Esta era la tercer vez que la buscaba, ella no hacia preguntas, el no hablaba. Al finalizar, le dejaba un buen fajo de billetes. Pero esta vez la mujer le preguntó: - como te llamas? – El se paró en seco, pensó un poco y dijo: - José.  Ella se rió y dijo: - no eres un José, pareces mas bien un Ricardo o Alejandro…si te llamare Ale…  El no contestó y se fue.
  Pasaron unos cuantos días…y un sábado luego de liquidar a dos personas volvió al bar. Allí estaba la mujer, pero había un hombre con ella que discutía muy fuertemente. Luego se fue…ella lloraba. Al fin se acercó y ella empezó a contarle su desdicha. Estaba casada con esa persona que la maltrataba, y no se podía alejar de él pues siempre la encontraba. Tenia moretones en el cuello, brazos…entonces él hizo algo que nunca había hecho. Le pidió los datos de este hombre. Y se fue.
  En los titulares del diario salió la noticia. Había aparecido muerto en un callejón, con un certero tiro en la cabeza.
  El limpiador, solo en su casa, moviendo la cabeza  exclamó:

 - Es la primera vez que hago un trabajo sin cobrar! –

Eliane Bösch


Editado por Eliane Bösch

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