La remera
Todos los miércoles y sábados iba a su club y sacaba el bote de entrenamiento. Salía a remar por los ríos del delta del Tigre. ¿Porqué? Se estaba entrenando pero sólo por gusto. Le encantaba hacerlo y le gustaba el contacto con la naturaleza. Lo había tomado como una rutina y no faltaba ni un solo día. Tenía pautado en su trabajo, el asueto del miércoles.
Este día Alejandra, se había cruzado en el río con chicos que entrenaban para el equipo de Argentina, suponía que para los juegos Panamericanos o las Olimpíadas. La saludaron pues ya en otras oportunidades se habían visto.
Al finalizar su hora de entrenamiento volvió al Club y después de entregar el bote, se dio una ducha y pidió un té en la confitería .
De repente vio llegar un señor con traje, acompañado de un muchacho al que le vio cara conocida: era uno de los remeros que la saludaban. Al acercarse comprendió que se dirigían a ella. Después de las presentaciones le informaron que habiendo visto su entrenamiento, querían preguntarle si no quería integrar el equipo de Argentina. Ella estaba sorprendida y no sabía que decir. Después de una larga charla, aceptó.
Y así empezó a trabajar junto a los otros remeros. La probaron en velocidad y en resistencia y los resultados fueron muy satisfactorios.
Había mucho compañerismo y ella fue muy bien recibida. Pero quien realmente estaba siempre junto a ella, alentándola, era Roberto que la había “descubierto”. Cuando terminaban, el la acompañaba a su casa y las charlas eran cada vez más interesantes.
Al fin llegaron los Juegos Panamericanos y Alejandra tuvo su lugar en un bote single. El día que corrió, entre los espectadores estaban todos los remeros.
Fue un final electrizante… iba prácticamente cabeza a cabeza o mejor dicho remo a remo con la canadiense. Faltando poco para la meta, Alejandra sacó fuerzas de su interior y con unas fuertes remadas llegó primera . La explosión de alegría del sector de los argentinos fue enorme.
En su primera intervención había ganado la medalla de oro para su país. ¡Que orgullo!
Cuando bajó del bote, la rodearon sus amigos remeros pero entre ellos, Roberto fue el que le dio un abrazo muy especial. Ambos sentían algo muy profundo que iba más allá de la amistad. Alejandra aparte de la medalla de oro consiguió algo muy preciado: el amor!
Eliane Bösch
Hasta la vuelta...
Editado por Eliane Bösch
13 comentarios:
Hola, Eliane:
El mejor premio es el amor, el resto viene por añadidura.
Un abrazo.
Si, Rafael, de acuerdo...el amor es lo más!
Un gran abrazo
¡¡Qué buen relato amiga!! Eres romántica hasta la médula y no veas lo que se agradece... Me ha entrado sofoquina no sé si por remar, por la carrera, por la medalla o por el medallista, ja ,ja...
Precioso relato amiga... Bss
MariCari: Gracias por tu comentario...y si soy romántica! Además de jovencita YO remaba!
Besotes
A la señorita de la foto creo haberla reconocido de algún lado. Tal vez ahora es una escritora de visita por Mar de Ajó?
Besos.
Hermoso como siempre amiga. Hoy me robaste una lágrima con esta historia. Nosotras sabemos por qué... Un beso enorme!!!
Eliane:
hermoso relato.
el mejor premio es el amor¡
eres una romàntica deliciosa¡
besos enormes
Visitarte es un regalo apreciado .
Deseo que pases buenos momentos en el Encuentro.
Cariños
Luciana:Si, sí, lo has descubierto!!!
Y es ella nomás! Besotes
Maria Emma:Gracias por tu comentario!
Un abrazo
Norma Ruiz:Y el amor es más fuerte!
Besos
Abuela Ciber.Muchas gracias por tu comentario y visita.
Un abrazo
¡¡¡TE FELICITO ELIANE!!! POR LA PUBLICACIÓN DE ESTE MEDIO TAN RICO Y POR MEDIO DEL CUAL PUEDO ENTERARME DE ALGO LEIDO POR VOS EN EL FIN DE SEMANA MARATHÓNICO. ES HERMOSO. ROMÁNTICO Y RE DULCE, CON FINALES COMO LAS ROMÁNTICAS SIEMPRE QUEREMOS.
¡AH! ME OLVIDABA, GRACIAS POR MENCIONARME COMO UNA DE LAS ESCRITORAS QUE PRESENTARON SU LIBRO. ES UN ORGULLO PARA MI TU RECUERDO. TE MANDO UN BESO GRANDE.
Marité muchas gracias por tu comentario tan lindo!
Besotes
se que me repito, pero siempre consigues meterme en la historia y sonreír bobamente ante el despliegue del amor en tus historias... me encantan... ains! sigue! yo quiero mas y mas historias como estas!
Aniky: Tu comentario me da muchas ganas de seguir escribiendo! Muchas gracias!
Besotes
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